jueves, 15 de junio de 2006

¡la marea!

"A la hora en que las olas suben por la atracción de la Luna, me tendí sobre la arena, después de bañarme en el mar. De repente, comencé a ascender de cabeza, porque los cabellos, especialmente, tenían agua entre sus hebras. Me elevé en el aire, recto, muy recto. ¡Como un ángel! Subía, subía dulcemente, sin ningún esfuerzo y de repente, sentí un golpe. Entonces..."

Acto Tercero, escena XIII

Cyrano de Bergerac, Edmond Rostand

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